miércoles, 15 de agosto de 2007

El azote de Dios (Le Fléai de dieu), de Manu Larcenet y Daniel Casanave


Una aventura rocambolesca de Atila el Huno. El azote de Dios (Une aventure rocambolesque d'Atilla le Hun. Le Fléai de dieu), de Manu Larcenet y Daniel Casanave. 46 páginas. Publicado en 2007 por Norma Editorial. Traducción de Lucía Bermúdez.

Después de pasar todo el mes de julio pendiente de la salida de este álbum, por fin llegó a mis manos hace unas semanas. No hace falta decir que me abalancé sobre sus páginas apenas salí de la tienda. La primera viñeta cumplió todas las expectativas que me había creado: una imagen de media página de un paisaje con una ciudad amurallada y una horda de guerreros a caballo aproximándose. Con un texto donde se podía leer: "Año 451. En el curso alto del Duero. En Castilla... Soria". ¿Soria? ¿Pero no era un cómic sobre Atila el Huno? ¡¡¡Bien!!! Con ese comienzo no había duda de que se trataba de una aventura rocambolesca salida de la mente de Manu Larcenet.

Por desgracia el resto no se mantuvo al mismo nivel...

De este Azote de Dios no me ha gustado ni el dibujo ni el guión. No diré que me ha haya desgradado (eso sería demasiado fuerte) pero, desde luego, no era lo que me esperaba. En cuanto al dibujo, gracias a una entrevista publicada en la web de Norma cuando salió el anterior volumen de esta serie (el dedicado a Freud) ya sabia que Larcenet iba a centrarse sólo en escribir las historias de los siguientes títulos, dejando el dibujo en manos de otros colaboradores, pero no me imaginaba que iba a notar tanto la diferencia. Los dibujos de Daniel Casanave recuerdan a los de Larcenet, pero me han parecido demasiado simples y planos.

Pero eso sólo habría sido un apunte al margen de una buena crítica (yo siempre he dado prioridad al guion de los cómics sobre el dibujo) si la historia me hubiera enganchado como hicieron las anteriores. Sin embargo, donde en La línea de fuego teníamos una crítica despiadada a la guerra y, especialmente, a los políticos y generales que las hacen, y en Vida de perros Larcenet cargaba contra la colonización del Oeste americano, la psique norteamericana y el propio psicoanálisis, en este volumen nos encontramos con un texto que parece sacado de cualquier manual de autoayuda con el objetivo de hacer un juego de palabras con el sobrenombre del protagonista. Al menos el humor negro que caracteriza esta serie sigue presente, aunque (siempre en mi opinión) más flojo que en los dos anteriores.

Resumiendo: para incondicionales de Larcenet. Y como yo soy uno de ellos debo decir que, incluso en sus obras menores, Manu Larcenet está por encima de mucho de lo que se publica. Eso sí, si alguien quiere empezar a conocer su obra, por favor, que no empiece por este álbum. Por cierto, no deja de ser cierto aquello de sobre gustos no hay nada escrito: yo disfruté mucho más con las aventuras de Tim Oruno (que me parecieron frescas, valientes y divertidas) que con este Azote de Dios. Sin embargo en el DDT opinan justo lo contrario (los autores, los comentarios que hay hoy en la entrada van más en mi línea).

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